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Foto: Nicolás Maurera |
Huachipato no se jugaba cualquier partido el domingo ante Audax Italiano. La presión estaba en dirigentes, jugadores y cuerpo técnico del elenco acerero. Una marcha contra la sociedad anónima que administra al club se realizó horas antes del inicio del cotejo por un grupo de hinchas molestos por la realidad de su amado equipo, que no ganaba por el torneo nacional en marzo pasado.
Todo el peso de la responsabilidad recaía en Nicolás Larcamón, quien meditó la renuncia durante la semana en caso de no conseguir el resultado esperado frente a los itálicos. Y así, con ese duro contexto para el estratega, Huachipato salió a buscar el triunfo en su cancha, sin abandonar la idea que ha acompañado al DT a lo largo de la temporada.
El estratega que el pasado sábado cumplió 34 años dispuso una línea de a tres ante los tanos, volviendo a una alineación que había practicado contra este mismo equipo en Copa Chile y ante Unión Española por el Campeonato Nacional. Esta vez contó con el regreso de Válber Huerta tras cumplir sanción la fecha pasada. José Bizama y Federico Pereyra acompañaron al zurdo en la zaga.
Larcamón utilizó un 3-5-2 como sistema, dejando de lado el 4-3-3 que no funcionó el fin de semana anterior ante Universidad de Concepción y en muchos partidos de este torneo.
José Caraballo por derecha y Nicolás Baeza por izquierda fueron los volantes por las bandas. Por momentos, el cuadro local parecía tener una línea de cinco defensores, ya que tanto el joven jugador nacional como el venezolano se quedaron atrás para evitar los avances de Osvaldo Bosso y Matías Campos, este último factor frente a Universidad de Chile con un gol.
Lo anterior principalmente en el primer tiempo. La idea -suponemos- del DT fue controlar el juego ofensivo de Audax, que pese a estar sin Sergio Santos por expulsión llegaba a esta duelo como la artillería más letal del segundo semestre con diez goles.
Con la tranquilidad de que la visita no estaba llegando al área de Lampe, se produjo un juego táctico bastante interesante de Huachipato. Caraballo, preocupado en ayudar a Bizama en lo defensivo, casi no desbordó en este partido. El local atacó con sus dos hombres en punta más su creador, pasando Jimmy Martínez en varios momentos a la posición de extremo por la diestra, Gabriel Torres a la izquierda y Charlis Ortiiz al centro. Cuando el “4” regresaba al medio, el veloz jugador llanero corría por su banda para mostrarse como opción, volviendo a la formación original del 3-5-2.
Si bien de esta táctica no salió el gol (el tanto de Torres vino de un córner tras buen pivoteo de Huerta), lo que se vio en el primer tiempo fue una muestra clara de los conceptos que tiene Larcamón para llegar al arco rival, ya que pese al cambio de sistema igualmente se las arregló para atacar con tres puntas, forma de juego más usado por el DT tanto en Antofagasta como en Huachipato.
Esto último quedó aún más ratificado en el segundo tiempo con el ingreso de Javier Parraguez por César Valenzuela. El cuadro siderúrgico volvió a los tres delanteros nominales y coincidentemente vinieron los momentos que más lo pasó mal en el partido. La escuadra del “Coto” Ribera se generó ocasiones, siendo la más clara un cabezazo de Fabián Torres que fue sacado por el arquero boliviano.
Con la ventaja parcial y la presión de once encuentros consecutivos sin sumar de a tres, Larcamón se la jugó por un cambio que lo ayudara a buscar el segundo gol en vez de defenderse y mandó a la cancha a Javier Urzúa. El canterano entró inspiradísimo, colaborando en la creación ante un Martínez cansado que se quedó más por el lado izquierdo. El otro Martínez, Sebastián, siguió siendo el único jugador en la contención.
Con Urzúa llegaron las mejores ocasiones para el “Huachi”. Probó un tiro desde fuera del área que dio en el vertical. Después Torres la mandó al horizontal y Parraguez en un par de minutos al palo diestro del portero. Tres remates en los postes. Huachipato terminó sufriendo pero no porque el rival se le viniera encima, sino porque no le salía el gol de la tranquilidad.
Una vez finalizado el match, a Larcamón se le consultó por la variable táctica de Caraballo y Martínez, indicando lo siguiente: “No me parece, la estructura del equipo tenía más a José montado como una especie de falso extremo por derecha y lo que hacía Jimmy era entrar perfilado en el espacio entre Caraballo y Bizama para ser una opción más de pase y encontrar fluidez a partir de él. Los tres puntas que podíamos llegar a decir que teníamos era con un José Caraballo que desde el carril estiraba a Campos Toro. Ellos trabajan emparejados los duelos en bandas y el hecho de subirlo liberaba el espacio de los volantes para ingresar con Jimmy perfilado, que sabemos que con pelota dominada y con tiempo puede lastimar”.