Ardiman en Departamento de Educación Física de la UdeC | Foto: Nicolás Maureira |
El joven que viste la camiseta de la Universidad de Concepción quiere enfocarse de lleno al deporte que practica y disfruta. Estudiante de Educación Física e hijo del ex jugador de Concepción y Universidad Católica, cuenta cómo se fue desencantando del fútbol cuando apareció en su vida el básquetbol. Su idea es dedicarse exclusivamente a ello, incluso lo prioriza por sobre su carrera.
Miguel Ardiman baja la escalera circular del Departamento de Educación Física de la Universidad de Concepción. Se reúne con amigos y conversan tras terminar una hora de clase. Eleva su mirada y se acerca a una banca verde para comenzar la entrevista.
A sus cortos 22 años no se ve nervioso. Sus compañeros lo observan mientras él se sienta. Ninguna palabra o chiste alguno se oye por parte de sus conocidos. Pareciera que están acostumbrados a que como alero del equipo de básquetbol de la Universidad de Concepción sea requerido para este tipo de actividades.
El número 12 del Campanil no tiene problema alguno. No es primera vez que lo entrevistan. Sabe que su historia familiar es atractiva para contarla.
Es hijo de Guillermo Miguel Ardiman Ramírez, ex jugador de Deportes Concepción, Universidad Católica, Santiago Wanderers, entre otros clubes. Su padre, más conocido en el mundo del fútbol por el segundo nombre, aportó en la consecución del primer título internacional de los cruzados al anotar un gol en la final de la Copa Interamericana. “Nosotros lo seguíamos a todas partes y viajábamos con él a las ciudades donde iba. Todos los fines de semanas íbamos a un estadio de fútbol. Siempre orgulloso de mi papá, me gustaba lo que hacía, entonces me sentía feliz que él pudiera vivir de eso”, señaló Ardiman hijo.
El alguna vez seleccionado nacional fue importante en la formación de Miguel como deportista. Si bien se inició en el camino del fútbol en las divisiones menores de Huachipato, nunca se vio forzado a seguir el mismo sendero de su padre. “Nunca me dijo ‘por qué juegas básquetbol’. Todo lo contrario, cuando supo que llegué al equipo profesional me comentó lo orgulloso que estaba”, expresó.
Con respecto a tu paso en el llamado “deporte rey”, ¿pensaste que llegarías a ser un futbolista profesional?
“En el fútbol mi papá siempre me apoyó, pero prefería que estudiara. Entonces nunca estuvo en mi mente llegar a ser futbolista profesional. En algún momento lo pensé, porque llegué hasta como la sub-15 de Huachipato, tenía posibilidades, pero cuando me cambié de colegio me costó ir a entrenar. Fue como en ese momento cuando me empezó a gustar el básquetbol”.
¿Qué te llevó a tomar la decisión de abandonar el fútbol y comenzar a practicar básquetbol?
“En el colegio una vez llegó un compañero a jugar streetball, que es como lo que hace la AND 1, y ahí me empezó a llamar la atención el básquet. Una vez hicieron unas pruebas para un campeonato joven que se hace siempre y me fui a probar. No me llevaron al campeonato pero me dejaron dentro del club de la U de Conce. Eso fue como sub-16. Desde ahí me encantó más este deporte. Además, me pegué un estirón grande igual”.
¿Cómo ingresaste al primer equipo de la Universidad de Concepción?
Cuando entré a estudiar Educación Física, el profesor que estaba dirigiendo en la Universidad me había entrenado cuando chico, entonces me llamó a la selección altiro, y como rendí, me puso a entrenar con el equipo profesional. Después de eso, me dediqué cien por ciento al básquet, estudiando y entrenando con el equipo profesional”.
¿Cuáles son tus aspiraciones en el futuro? ¿Priorizas más tu carrera como basquetbolista o como profesor de Educación Física?
“Para mí el básquet lo tengo como prioridad en este momento. Estoy tomando menos ramos. La liga está mejorando. El básquet en Chile se estaba muriendo, pero ahora está saliendo a flote, con una liga bien armada, mucho más competitiva, entonces se está dando todo para que mejore. Así como en el fútbol, me gustaría poder vivir de eso. Por lo mismo en este momento estoy sacando mi carrera y a la vez tratando de surgir lo más que pueda en el básquetbol”.
En las fechas que se han disputado en la Liga Nacional y que has sido convocado, te ha tocado partir como suplente: ¿eso te frustra o lo asimilas como una oportunidad?
“Es como un poco de ambos. Bueno es como una motivación en parte. Todos pasan por lo mismo. Están los mejores jugadores de Chile en el equipo, es difícil para el entrenador darte la oportunidad sin pasar a llevar a los más viejos, a los que tienen más experiencia. Hay que tener paciencia, casi todos pasamos lo mismo”.
¿Qué crees que debes realizar para ser titular?
“Lo de ser titular depende mucho también del profesor y de cómo tú entrenas. Ahora me ha costado un poco porque he estado bastante lesionado este año, no estoy al cien por ciento. Mis expectativas es estar siempre disponible, puede que se lesione gente y tienes que estar ahí para poder jugar. Bueno esta cosa a veces es muy injusta, puedes jugar bien y otras veces puedes jugar mal, depende de que si te toca tienes que aprovechar la oportunidad”.
¿Cuál es la lesión que tienes ahora y cómo afecta en el tema mental?
“La lesión es una pubalgia. La única forma de mejorar es parar, pero como debía jugar el Nacional Universitario, tuve que adelantar la recuperación. Ahora al volver a entrenar me molestó por no hacer el descanso que necesitaba. Son tres semanas y después volver con todo. Mentalmente te pone mal porque no puedo dar el cien por ciento, no puedo hacer pesas, me canso más rápido, por eso ahora decidí mejor parar y no estar al 50 por ciento de lo que puedes dar”.
Este año te coronaste campeón del torneo universitario Adesup, así como también los adultos de la Libcentro y Copa Chile: ¿cuál fue el campeonato que mejor celebraste?
En Adesup nosotros tenemos un plantel competitivo. Como casi todo el equipo entrena en el profesional, el universitario no significa tanto para mí porque nos enfrentamos a cuadros que de verdad se dedican a estudiar y que no están dedicados cien por ciento al básquetbol. La Copa Chile para mí fue importante porque venía con pocos minutos y en el cuadrangular final jugué harto, entonces ese ha sido el título más importante que he tenido. El profe que estaba, el señor Gabriel Schamberger, que llegó de Argentina, igual me había tenido desde de chico, entonces tuve bastante oportunidades con él”.
¿Cómo has tomado el cambio de técnico?
“El cambio de profesor ha sido difícil porque son distintas personalidades. Pablo Ares es un poco más duro, pero siempre las ambiciones han sido ganar. En este equipo siempre se busca estar dentro de los primeros lugares y salir campeón de todo lo que se juegue".
¿Qué significa para ti jugar en la Universidad de Concepción?
“A la U de Conce la empecé a mirar desde muy chico como espectador. Cada vez que jugaba de local la veníamos a ver. Estar ahí después fue como raro, conocía a todos los jugadores desde afuera y luego pasaron a ser mis compañeros. Jugar con Eduardo Marechal, Evandro Arteaga, que están aquí hace nueve o diez años y que yo los veo desde 2005, es muy gratificante. Fue una experiencia buena verlos desde afuera de la cancha y después tenerlos como compañeros y amigos”.
Por último, ahora que llevas varias temporadas como basquetbolista, ¿qué opinión te merece el fútbol y por cuál equipo hinchaste alguna vez?
“Del fútbol ahora me desligué, como que me desencanté bastante por el tema de las barras, siempre están discutiendo por estupideces. Fui hincha de Católica, ya que fue la época más importante de mi padre. Bueno, del equipo que estaba nosotros teníamos camiseta, pero algún tiempo fui hincha de Católica”.
Fuente: Entre Líneas
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